Periódico Gente Burgos (viernes, 7 de febrero de 2020)
En esta vida, las cosas se pueden hacer bien, regular, o mal. Pero lo del alcalde y el enorme lío que ha creado con la ordenanza de movilidad ha superado todas las previsiones habidas y por haber. Es difícil encontrar casos tan flagrantes de irresponsabilidad de un representante público.
Hasta ahora, la movilidad ha sido siempre una de las prioridades del Partido Popular gobernando la ciudad. Ahí están los importantes resultados obtenidos generando casi cincuenta peatonalizaciones, a través de tres ambiciosos planes-, creando decenas de kilómetros de carril bici, construyendo nuevos viarios de comunicación (con la Ronda Interior Norte, desde Villímar hasta Villalonquéjar, o la construcción del Bulevar del Ferrocarril, como principales ejemplos), los nuevos puentes y pasarelas sobre los ríos Arlanzón y Vena, las nuevas avenidas por toda la ciudad, la renovación casi completa del transporte público, etc, etc.
En esa estrategia se enmarca que, durante los cuatro años anteriores, también tuviera la suerte de impulsar una norma que pusiera orden en la siempre complicada tarea de ordenar la convivencia en la movilidad urbana. Para ello, un gran equipo de distintas áreas municipales trabajó coordinadamente para la elaboración de un texto muy completo que, finalmente, pudimos aprobar inicialmente a finales de 2018 con un altísimo consenso municipal. Llegó después la información pública del documento, como dice la ley y, básicamente, quedaba solo la aprobación definitiva.
Pero en esto estábamos, cuando llegó el cambio municipal con el equipo socialista, y Daniel de la Rosa entró en ese completo y ambicioso proyecto “como un elefante en una cacharrería”, si me permiten la expresión coloquial. Se cargó el consenso anterior, cambió casi todo de arriba abajo del texto inicial y aprobó un documento, hace poco más de un mes, que ha generado un grave problema de convivencia y de confusión en la ciudad.
Todo esto, con la complicidad de Ciudadanos, sus socios de gobierno, que batieron el récord de la contradicción: dijeron su posición sobre movilidad en una rueda de prensa un día y, justo 24 horas después, la contraria. Un giro de 180º en esta importante cuestión (aunque también es cierto que es lo habitual de este grupo político en casi todos los asuntos; nunca saben si van o vienen), y luego se sorprenden de sus resultados electorales como vimos en noviembre…
Los burgaleses no merecemos este caos de movilidad que han creado socialistas y ciudadanos. La gente se merece un respeto que ha brillado por su ausencia en esta enorme confusión de patinetes, peatones, coches, bicis, velocidad máxima, transporte público y un largo etcétera.
La solución que planteamos, más allá de discrepar del contenido, creo que era bastante sensata. La prudencia es buena consejera y nuestra aportación fue la de una entrada en vigor de distintos aspectos de la ordenanza de forma progresiva para evitar el problema creado. Esta grave inseguridad jurídica, con todo tipo de consecuencias, se hubiera evitado, pero a De la Rosa no le importa la movilidad, simplemente el intentar aparentar que hace algo dentro de la paralización general que existe desde junio.
El próximo lunes se debatirá sobre esto en un pleno extraordinario que hemos exigido para intentar aportar, entre todos, algo de luz a las grandes dudas de los burgaleses sobre esta ordenanza, pero mucho nos tememos que la polémica seguirá acompañando de nuevo esta actuación socialista, como otros tantos líos que hemos visto ya desde el verano. ¡Vivir para ver…!