El proyecto, en el que colaboran la Diputación de Burgos, el Ayuntamiento de la capital y la Junta a través de la empresa pública Somacyl, supondrá dotar de «agua de calidad» a cerca de 13.500 habitantes. Somacyl se encargará de la construcción de las obras y del mantenimiento del nuevo sistema de abastecimiento durante los próximos 25 años, que contará con tecnología digital para su gestión.
Esta infraestructura tiene un coste de 10,4 millones de euros, repartidos en un 12,83% al Ayuntamiento de Burgos a través de Aguas de Burgos, y la Junta y la Diputación compartirán un 25,65% cada una del coste. Los ayuntamientos que recibirán el servicio aportarán el 35,87% de la financiación.