M.S.B. – Diario de Burgos (domingo, 17 de noviembre 2019)
Burgalés del 78 y funcionario de la Junta, dice no haber bebido nunca ni una gota de alcohol. Este jugador y entrenador de balonmano tiene 4 carreras universitarias.
Suele decirse que para ser barrendero se necesitan estudios, pero que, sin embargo, se puede llegar a presidente del Gobierno sin haber acabado la EGB (o si se es joven, la ESO). Y así es. Aunque no suele ser. Como en botica, en un ‘gremio’ tan amplio y cambiante, con continuas entradas y salidas, hay de todo.
Pues aquí tenemos a un concejal del PP en el Ayuntamiento de Burgos, ahora en la oposición y en la pasada legislatura en el equipo de gobierno, superdotado en estudios y formación. Jorge Berzosa Alonso de Linaje cuenta con cuatro carreras universitarias: ingeniero técnico de Obras Públicas, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, y graduado en Derecho y en Ciencia Política y Gestión Pública. Y las dos últimas, además, con premio extraordinario de fin de estudios. «Aprovecho bien el tiempo y me gusta saber más y estar más preparado. Siempre he estudiado de tumbado y nunca hacía resúmenes. Tengo fuerza de voluntad y muy buena memoria», señala.
Es hijo del ginecólogo ya jubilado Jesús Berzosa y tomó su relevo en el Partido Popular cuando este se retiró de la primera línea. Su padre fue concejal de 1995 a 2003, vicepresidente de la Diputación del 95 al 99 y procurador en las Cortes Regionales de 2007 a 2011. El compromiso político del Berzosa joven se acentuó con 18 años, tras la primera victoria de José María Aznar (1996), primero como apoderado en las jornadas electorales y después afiliándose.
Se gana la vida como funcionario de la Junta ejerciendo de ingeniero de Caminos, Canales y Puertos desde 2005. Su puesto está en Valladolid, en la Dirección General de Carreteras e Infraestructuras. Diseña, dirige y controla obras públicas de diversa índole (como el nuevo depósito de agua de Medina de Pomar), y una de sus especialidades son los asfaltos y firmes de carretera.
Este edil, muy amigo de los libros de ‘conocimientos’ y poco de los literarios, nació en febrero de 1978 en Burgos, donde se habían trasladado sus padres (médico pucelano y enfermera burgalesa) desde Valladolid, con la intención regresar a orillas del Pisuerga. Cosa que no ocurrió. Hizo su recorrido escolar completo en La Salle e inició Obras Públicas en Burgos para poder seguir jugando al balonmano, su gran pasión. No en vano fue jugador hasta los 25 años y luego entrenador (tiene el título nacional). En la actualidad ejerce de segundo técnico del UBU San Pablo, que milita en Primera (la tercera categoría), con aspiraciones de ascender a División de Honor Plata. También se encarga de la logística y de los desplazamientos. El equipo entrena las tardes-noches en el polideportivo del Plantío. Allí está él echando una mano en lo que se precise, y allí posa para la foto rodeado de sus jugadores.
Berzosa, que está haciendo un máster de Derecho y Administración Local, también jugó al fútbol de portero en el Vadillos, hasta que el día no le daba para todo y tuvo que elegir. Su veredicto: pivote de balonmano, el que más lucha y contacto físico tiene con el adversario. Aguantar esa tensión y esfuerzo continuos quizá le sirve ahora para su acción política, aunque no es de los más diplomáticos y sí bastante directo.
Casado y con una hija de 8 años, tiene coche desde los 18 años (primero uno de sus padres) y dice no haber bebido nunca ni una gota de alcohol ni dado una calada a un cigarrillo, y sí haber sido un gran aficionado a los conciertos de grandes estrellas: «He ido a ver a Michael Jackson ,una pasada!, Madonna, Roxette, las Space Girls, Guns N’ Roses, Mike Oldfield, Bryan Adams, Alejandro Sanz, Julio Iglesias (cuatro veces)… Tengo pendiente ira uno de Lady Gaga».
De momento, está centrado en llevar a cabo sus obligaciones profesionales, en sacar adelante el máster (que a buen seguro no será el último) y en realizar una oposición política fundamentada y en clave positiva, con la ilusión de volver a tener mando en plaza. Y en aportar sus puñados de arena para que el balonmano burgalés tenga más visibilidad y ascienda de categoría. «Sabemos que no es el fútbol ni el baloncesto, pero es un deporte muy bonito y que también puede enganchar. Se trabajan muchos valores individuales y colectivos muy buenos para la vida en general: esfuerzo, trabajo en equipo, gestión de las victorias y de las derrotas, solidaridad…».
Ayer estuvo en La Robla (León) estudiando y ‘leyendo’ el partido del UBU San Pablo contra el BM Cuatro Valles. Triunfo de los cidianos (29-36), que continúan líderes invictos (9 de 9). Y él también sigue haciendo carrera para ascender.