Periódico Gente Burgos (viernes, 13 de marzo de 2020)
Tarde y mal. Así llega el presupuesto que nos presenta De la Rosa para esta ciudad. Un presupuesto, con más de medio año de retraso, que no responde, para nada, a lo que los burgaleses necesitamos en estos momentos.
Vayamos por partes. En cuanto a los tiempos, estamos a mediados de marzo y prometió el alcalde, a finales de agosto, tras volver de vacaciones, que tendríamos un primer borrador antes de acabar septiembre. Pasó este mes y nada. Llegó octubre, y mismo resultado. En noviembre, ídem de ídem. Ya en diciembre, se nos pasa un documento donde faltaba la mitad de las cosas, como los ingresos y las inversiones plurianuales.
Nada se avanzó en Navidad. Y se tuvieron que prorrogar los que había hecho el PP. Y así pasó el mes de enero, y el de febrero, y la mitad de marzo. Y ha sido esta misma semana cuando nos entrega el documento que quieren aprobar de inmediato, el próximo martes. Por cierto, con prisas y costando 9.000 euros a los burgaleses por el capricho del alcalde de hacer un pleno extraordinario, cuando tenemos el ordinario de este mes dos días después.
Después de tantos meses de retraso, se nos aporta el presupuesto deprisa y corriendo a los demás grupos para votarlo sin tiempo para estudiarlo. Es decir, lo mismo que criticaban ellos hace poco en la Diputación. Surrealista.
Veamos ahora el fondo de esta propuesta de cuentas de la ciudad para lo que queda de este año.
El presupuesto recoge una simple inercia de todos los proyectos e inversiones impulsados por el anterior gobierno del PP durante los últimos dos años, sin que exista ni una sola iniciativa nueva que necesite la ciudad. Además, no tiene ninguna ambición, reduce la inversión y amplía el gasto corriente.
Es un presupuesto de “pan y circo”, como decían los romanos, por cuanto no contempla las mejoras y necesidades que demandan los burgaleses y se dedica únicamente a subir el presupuesto de fi estas. Sin embargo, el PSOE “vende” su apuesta por la cultura y no contempla ni un solo euro para el principal proyecto cultural y turístico, como es la conmemoración del VIII Centenario de la Catedral.
Un presupuesto que ignora por completo la participación ciudadana. Ninguno de los cinco distritos ha decidido un solo euro del presupuesto, algo obligatorio con la normativa vigente. Aquella gran promesa del nuevo alcalde de aumentar la participación de colectivos y asociaciones en los asuntos de la ciudad, -no es que no haya mantenido la participación anterior-, es que la ha suprimido por completo. Vivir para ver…
No se puede hacer una política “cortoplacista” como la que imprime De la Rosa y el PSOE. Es evidente que no se puede planificar el futuro por quien no sabe planificar el presente.
El colmo ya de la situación es el apoyo incondicional del grupo Ciudadanos que nunca sabe si va o viene. Han decidido únicamente el 1% del presupuesto, y lo apoyan de forma entusiasta. Era también para ellos, hace dos meses, un presupuesto malo/malísimo, como dijeron, y ahora, con intervenir en 2 de los 200 millones totales, se dan por satisfechos. Y luego se preguntan por qué no les votan…
Nuestro modelo para el presupuesto es prudencia, sostenibilidad de las cuentas y bajar, aún más, los impuestos en la ciudad, como hemos hecho estos años, con servicios de calidad y priorizando inversiones productivas que crean empleo y riqueza.
La ciudad de Burgos tiene que seguir avanzando en la transformación tan importante que hemos conseguido durante estos años pasados de gobierno municipal del Partido Popular, que me he honrado en presidir como alcalde. Para eso sirven unos presupuestos. No son un fin en sí mismos, sino un medio para prestar buenos servicios públicos a la gente y conseguir mejorar la ciudad. Con el presupuesto del tripartito, de socialistas, ciudadanos y podemitas, no se conseguirá. Una pena. Oportunidad perdida.