Han pasado más de cien días de gobierno y Daniel de la Rosa promete y promete sin conocer el techo de gasto del Ayuntamiento de Burgos. A Daniel no le gusta pensar en techos porque los techos desdibujan sus sueños y prefiere mirar al horizonte, soñando con un mañana sin límites.
Él gusta de espacios abiertos, no de vulgares techos, aunque sean de cristal, porque estos se pueden convertir en el espejo que le devuelva la imagen de todo aquello a lo que ha de renunciar, y él no quiere saber de expectativas truncadas.
Ese espejo le haría ver que es alcalde, y entonces, defraudaría a los demás y a él mismo, y al tiempo perdería su alma socialista, la que le mueve cada día. ¿Puede sobrevivir un socialista sin cumplir los sueños de los demás? ¿Puede alguien ser socialista sin gastar lo que no tiene? ¿Puede Daniel decir no a todos aquellos a quienes prometió su corazón si no cumplía sus promesas?
¡Qué días tan felices aquellos de “un pleno, un barrio”!; otros llegarán que se tornarán en ¡un día, un disgusto!, porque será complicado disponer de los millones de inversión que esperan los barrios o de los proyectos que Daniel ha comprometido en el Pleno. Deberá decir que no a sus propios ruegos.
Pero Daniel lo tiene todo pensado desde el día que levantó el bastón de mando en el Salón de Plenos. Como buen comercial que fue algunos días en su juventud tiene una estrategia: los primeros meses, buena venta y mucha foto, buscando el apoyo social que las urnas no le dieron. En segundo lugar, hablar con impostada humildad de su capacidad de consenso a la par que de su situación de minoría, obligando a la oposición a mirar hacia otro lado para no ver su despótica gestión. En otro caso, siempre serán los otros y nunca Daniel quienes impedirán la realización del sueño socialista del que ya debe despertar. Buenos y malos, como a los socialistas les gusta.
Y para acabar… Todavía no hay final. Es innegable la capacidad de Daniel para convencer como hizo con el Partido Popular cuando confió en su hoy incumplida palabra. Quizás todavía engañe a alguno todavía despistado. Ya van varios intentos y no le está siendo sencillo.
Pero Sr. de la Rosa, ¿para cuándo el techo de gasto? Si en el fondo sabemos que le gusta mirarse en todos los espejos.
Grupo Municipal Partido Popular Burgos.